viernes, 26 de noviembre de 2010

LA PREHISTORIA

1.-El problema de las fuentes hístóricas y la cronología: Fuentes arqueológicas y fuentes escritas. Métodos de datación de los fósiles: Carbono 14 y Potasio 40.

FUENTE ARQUEOLÓGICO :

Fuente arqueológica es la fuente documental que sirve para reconstruir la historia incluso en periodos o lugares en que no hay fuentes escritas para hacerlo. También se utilizan aunque haya fuentes escritas (Egiptología, arqueología industrial). Las fuentes arqueológicas son las que reconstruyen la cultura material, que es el objeto de estudio de la arqueología

 FUENTES ESCRITAS :

Fuente escrita es la fuente documental habitualmente usada como fuente hitoriografia, es decir, el vehículo habitual de conservación de la memoria histórica que los historiadores utilizan para la reconstrucción, análisis e interpretación del pasado de la humanidad, es decir: la Historia.
No conviene olvidar que durante la mayor parte del pasado de la humanidad (la Prehistoria) no existía la escritura; y que incluso en el pasado más reciente (la Historia), sólo una minoría culta producía documentos escritos.

CARBONO 14 :
El carbono-14 (14C, masa atómica = 14,003241 uma) es un radioisótopo del carbono y fue descubierto el 27 de febrero de 1940 por Martin Kamen y Sam Ruben. Su núcleo contiene 6 protones y 8 neutrones. Willard Libby determinó un valor para el periodo de semidesintegración o semivida de este isótopo: 5.568 años. Determinaciones posteriores en Cambridge produjeron un valor de 5.730 años. Debido a su presencia en todos los materiales orgánicos, el carbono-14 se emplea en la datación de especímenes orgánicos.

POTASIO 40 :

El potasio es un elemento químico de la tabla periódica cuyo símbolo es K (del latín Kalium y del árabe. القلية, DMG al-qalya, "ceniza de plantas"), cuyo número atómico es 19. Es un metal alcalino, blanco-plateado que abunda en la naturaleza, en los elementos relacionados con el agua salada y otros minerales. Se oxida rápidamente en el aire, es muy reactivo, especialmente en agua, y se parece químicamente al sodio. Es un elemento químico esencial. 

EL PALEOLÍTICO :

-Significado de la palabra Paleolitico.


El Paleolítico es una etapa de la prehistoria caracterizada por el uso de útiles de piedra tallada, si bien también se usaban otras materias primas orgánicas para construir diversos utensilios, como hueso, asta, madera, cuero, fibras vegetales, etc. Es el período más largo de la historia del ser humano (de hecho abarca un 99% de la misma), y se extiende desde hace unos 2,5 millones años (en África) hasta hace unos 10.000 años.

-Origen y evolución del ser humano. África cuna de la Humanidad.

África es el tercer continente del mundo por extensión geográfica. Limita al norte con el Mar Mediterráneo, al oeste con el Océano Atlántico, al sur con la conjunción de los océanos Atlántico e Índico y al este con el Mar Rojo y el Océano Índico. Aunque posee una superficie total de 30.272.922 kilómetros cuadrados (621.600 en masa insular), la cual representa el 22% del total terrestre, la población es de mil millones de habitantes, menos del 16%. El continente se organiza en 53 países, siendo todos ellos miembros de la Unión Africana, con excepción de Marruecos.

      PALEOLÍTICO INFERIOR:
  • Se extiende desde hace 2,5 millones de años que aparede el primer hombre del género Homo , hasta el 125 000 antes de Cristo.
  • En esta etapa se desarrollan el Homo hábilis y el Homo erectus.
  • Los instrumentos que elaboran son toscos, destacan las hachas de mano o bifaces.     PALEOLÍTICO MEDIO :
  • Se desarrolla entre el 125000 y el 40000 antes de Cristo.
  • En Europa se desarrolla el Hombre de Neanderthal.
  • Continuan elaborando los mismos materiales líticos que en la etapa anterior, mejora la técnica y se desarrolla la tipología lítica (se crean los instrumentos con finalidades específicas)
    PALEOLÍTICO SUPERIOR :
  • Abarca desde el 40 000 a. C. hasta el 10 000 antes de Cristo.
  • Se desarrollan las culturas creada por el Homo sapiens sapiens. En Europa principalmente es la cultura del Cro-Magnon.
  • Su industria lítica es muy elaborada: se realizan instrumentos líticos con mucha precisión y especialización. Emplean otros materiales como el hueso. (Arpones de hueso, puntas de flecha, raederas y raspadores, etc.) 
    LA ECONOMÍA DEPREDADORA DEL PALEOLÍTICO : 
     
  • Economía: La economía del periodo paleolítico se caracterizaba por ser depredadora, o sea se destinaban básicamente a la caza, la pesca y a la recolecta, con esta obtenían comida, leña y materiales para sus herramientas, también fabricaban sus propias ropas y cabañas. En este periodo eran nómadas y su demografía era reducida y su mortandad alta. No se podían alimentar a los niños, pues esto era un inconveniente para el nomadismo. Algunas tribus practican el infanticidio, ellos nunca conocieron la propiedad privada, ni el excedente ni la división social del trabajo.
  •  EL ARTE PALEOLÍTICO : 
     El Paleolítico es un periodo de tiempo muy amplio que abarca desde los 500.000 años       hace unos 30.000 años aproximadamente y que se suele dividir en varias etapas                 (Superior, Medio e Inferior); sin embargo habitualmente se habla de él con el nombre    genérico de Edad de Piedra, ya que la mayor parte de los restos encontrados son de este material.
        LA PINTURA RUPESTRE :

 Una pintura rupestre es todo dibujo o boceto prehistórico existente en algunas rocas y cavernas. El término «rupestre» deriva del latín rupestris, y éste de rupes (roca), aunque también es sinónimo de primitivo. De modo que, en un sentido estricto, rupestre haría referencia a cualquier actividad humana sobre las paredes de cavernas, covachas, abrigos rocosos e, incluso farallones o barrancos, etc. Desde este aspecto, es prácticamente imposible aislar las manifestaciones pictóricas de otras representaciones del arte prehistórico como los grabados, las esculturas y los petroglifos, grabados sobre piedra mediante percusión o erosión.
     ESCUELA FUENTECANTÁBRICA :
  • Corresponde al Paleolítico, dentro de la cultura Magdaleniense 15.000-10.000 a.C.
  • Nos encontramos en un período Glaciar.
  • Ésta escuela abarca desde el N de la P.I. hasta Turquía. Es una pintura naturalista y detallista (figuras bien hechas).
  • Nunca aparecen escenas. Son figuras aisladas.
  • Rara vez aparece la figura humana.
  • Pintan lo que ven, animales de clima frío como el Mamut.
  • Se pinta en el interior de la cueva, en la parte más recóndita de ésta.
  • Pintaban con carbón y mezclas de sangre y grasas de animales.
  • Los colores más utilizados son el rojo, el negro y el ocre (las figuras las pintan de varios colores).
  • Hay dos teorías de porqué pintaban:

    ESCUELA LEVANTINA :

    - Esta pintura se da en el Mesolítico.
  • Se han acabado las Glaciaciones, por lo tanto ya no pintarán en el fondo de las cuevas sino en el exterior, en cualquier saliente de las montañas.
  • Se pintan escenas (caza, pesca, recolección...).
  • Las figuras son estilizadas (ya no se busca la perfección).
  • Pintan lo que ven. Animales de un clima más cálido.
  • Utilizaban sobre todo el rojo y el negro.
  • Practican la monocromía. Las figuras las pintan de un solo color al contrario de la etapa anterior.
  • Esta escuela se extiende de Lérida a Alicante.
  • Uno de los hallazgos más importantes es Cogull.
         FOTOS INSTRUMENTO LÍTICOS :


    LAS VENUS : WILLENFORD.

  LAS VENUS : LAUSSEL :


 CUEVAS DE PINTURAS RUPESTRE :ALTAMIRA .
 CUEVAS DE TERUEL :
 CUEVAS DE LÉRIDA :

 CUEVAS DE ``LA PILETA ´´ EN MÁLAGA :
 EL NEOLÍTICO :

- Significado de la palabra Neolítico.

El Neolítico (Nueva Edad de Piedra) —por contraposición al Paleolítico (Antigua Edad de Piedra)— es uno de los períodos en que se considera dividida la Edad de Piedra. El término fue acuñado por John Lubbock en su obra de 1865 que lleva por título Prehistoric Times.
Proviene del griego νέος, néos: ‘nuevo’; λίθος, líthos: ‘piedra’. Inicialmente se le dio este nombre en razón de los hallazgos de herramientas de piedra pulimentada que parecían acompañar al desarrollo y expansión de la agricultura. Hoy en día se define el Neolítico precisamente en razón del conocimiento y uso de la agricultura o de la ganadería. Normalmente, pero no necesariamente, va acompañado por el trabajo de la alfarería.

- La revolución neolítica: la agricultura y la ganadería.

Se denomina revolución neolítica a la primera transformación radical de la forma de vida de la humanidad, que pasa de ser nómada a sedentaria y de economía recolectora (caza, pesca y recolección) a productora (agricultura y ganadería). El término se debe a Vere Gordon Childe (1941).
Este proceso tuvo lugar hace más de 9000 años (VIII milenio a. C.) como respuesta a la crisis climática que se produce en el comienzo del Holoceno, tras la última glaciación.

 LA REVOLUCIÓN URBANA : 
Una de las consecuencias más importantes de los cambios neolíticos es la aparición de las primeras ciudades y asentamientos estables.

  1) LOS PRIMEROS ASENTIMIENTOS ESTABLES : 

La nueva forma de producir alimentos originó cambios revolucionarios en la organización de la sociedad: Una parte de la humanidad se hizo sedentaria y se agrupó en aldeas y poblados. Algunas aldeas crecieron tanto que se convirtieron en verdaderas ciudades: como son Jericó, Çatal-huyuk.
Junto a los ríos surgen pequeños poblados agrícolas. Las viviendas son cabañas construídas con los materiales del lugar: cañas, ramajes y barro. 

2) LOS PRIMEROS OFICIOS : 

- Consecuencias del aumento de alimentos:

* aumenta la población.
* mejoraron las condiciones de vida.
* surgieron los primeros oficios artesanales.

- Los artesanos fabricaban útiles que cambiaban por alimentos a los agricultores del 
 poblado:
 
* azadas para cavar la tierra. 
* hoces de piedra para segar el trigo.
* molinos de mano para moler el grano. 
* cerámica para almacenar.
EDAD DE LOS METALES: COBRE .

Depués del neolítico viene la edad de los metales, que supone un cambio tecnológico consistente en la generalización de la metalurgia para construir los utensilios de trabajo.
   
* Inicio: La cronología de la edad de los metales es distinta según los lugares. El bronce comienza a generalizarse hacia el 5000 a.C. y en la Península Ibérica llega hacia el 4000 a.C.La edad de los metales convive con los primeros pasos de la historia: así mientras en Mesopotamia y el Creciente Fértil ya había manifestaciones escritas a Europa occidental estaban llegando las innovaciones neolíticas de la metalurgia: no debe olvidarse que la humanidad no ha pasado de una edad a otra en la misma época en todos los lugares, pues sus progresos no han seguido los mismos pasos en todas partes. 

* Final de la edad de los metales: cuando los pueblos pasan a la historia en el momento del principio de las Primeras civilizaciones. 

* División: La edad de los metales se divide en tres momentos, el cobre que fue el primer metal que se empleó, el bronce y el hierro. 

EDAD DEL BRONCE :

El Bronce es una aleación de nueve partes de cobre y una de estaño, esta combinación produce un nuevo metal mucho más duro que sus componentes y es más fácil de fundir y de trabajar que el cobre. Posiblemente añadieron algún otro metal pues consiguieron un bronce elástico y flexible, que se trabajaba bien en caliente.

Origen y expansión de la cultura del bronce:


  *Surge en el Creciente Fértil hacia el IV milenio a. C.

* La necesidad de estos minerales empujó a sus conocedores a buscarlos por    Europa, dando lugar a las rutas de los metales.

*  El mar Egeo es un área de intenso comercio del bronce.*

*En Europa central se introdujo hacia el año 1800-1600 y se desarrolla hasta el  700 a.C. En este periodo se generalizan las construcciones megalíticas.

 EDAD DE HIERRO :
 
En esta época conviven pueblos prehistóricos que conocen el bronce, con pueblos históricos que no conocen el hierro pero sí la escritura. (es el caso de los hititas dominadores del hierro pero que no escriben y los egipcios que tienen una civilización culturalmente superior, pero más débil pues no desarrollaron la cultura del hierro).

 - LOS MONUMENTO MEGALÍTICOS:  

 ( menhires):
Un menhir es la forma más sencilla de monumento megalítico. Consiste en una piedra por lo general alargada, en bruto o mínimamente tallada, dispuesta de modo vertical y con su parte inferior enterrada en el suelo para evitar que caiga.

 (dolmen):
 
Un dolmen, que en bretón quiere decir mesa grande de piedra, es una construcción megalítica consistente por lo general en varias losas (ortostatos) hincadas en la tierra en posición vertical y una losa de cubierta apoyada sobre ellas en posición horizontal. El conjunto conforma una cámara y está rodeado en muchos casos por un montón de tierra de sujeción o piedras que cubren en parte las losas verticales, formando una colina artificial túmulo, distinguible como marca funeraria.


(alineamiento):
 Los Alineamientos  son un conjunto de alineamientos megalíticos situados al norte del pueblo del mismo nombre, junto al Golfo de Morbihan en Bretaña (Francia). Es el monumento prehistórico más extenso del mundo.

(crómlech) :

Un crómlech o crónlech es un monumento megalítico formado por piedras o menhires clavados en el suelo y que adoptan una forma circular o elíptica, cercando un terreno. Está difundido por Gran Bretaña y por la Bretaña francesa, así como en la Península Ibérica, Dinamarca y Suecia.

 ARTE DEL NEOLÍTICO :
 
El Arte neolítico (Arte en la Nueva Edad de Piedra) —por contraposición al Paleolítico (Antigua Edad de Piedra)— se refiere al arte que se produjo en uno de los períodos en que se considera dividida la Edad de Piedra. El término neolítico fue acuñado por John Lubbock en su obra de 1865 que lleva por título Prehistoric Times.

DIAPOSITIVA :
   
INSTRUMENTO PULIMENTADOS DEL NEOLÍTICO :
El Neolítico (Nueva Edad de Piedra) —por contraposición al PaleolíticoEdad de Piedra. El término fue acuñado por John Lubbock en su obra de 1865Prehistoric Times. (Antigua Edad de Piedra)— es uno de los períodos en que se considera dividida la que lleva por título.

INSTRUMENTO PULIMENTADO DE METAL :
 


                          tumbas :
  










Tumbas neolíticas de del noroeste Europa, particularmente Irlanda, fueron construidos por Neolítico (Nueva edad de piedra) pueble en el período 4000 - 2000 A.C. Hay cuatro tipos principales:

 Urna :












la urnas es una funeraria neolítico . cultura yangshao . autro :+
fecha: IV milenio a . C .


-Romauyá de la Selva (Girona).

*Taulas de las Islas Baleares

















Dolmen de Kerkadoret en Bretaña












Cuevas de El Romeral





















Menga y Viera







      martes, 2 de noviembre de 2010

      Poemas de Miguel Hernández

         

       ELEGÍA A RAMÓN SIJÉ :

      .
      (En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha
      muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien
      tanto quería.)
      .
      Yo quiero ser llorando el hortelano
      de la tierra que ocupas y estercolas,
      compañero del alma, tan temprano.
      .
      Alimentando lluvias, caracoles
      Y órganos mi dolor sin instrumento,
      a las desalentadas amapolas
      .
      daré tu corazón por alimento.
      Tanto dolor se agrupa en mi costado,
      que por doler me duele hasta el aliento.
      .
      Un manotazo duro, un golpe helado,
      un hachazo invisible y homicida,
      un empujón brutal te ha derribado.
      .
      No hay extensión más grande que mi herida,
      lloro mi desventura y sus conjuntos
      y siento más tu muerte que mi vida.
      .
      Ando sobre rastrojos de difuntos,
      y sin calor de nadie y sin consuelo
      voy de mi corazón a mis asuntos.
      .
      .Temprano levantó la muerte el vuelo,
      temprano madrugó la madrugada,
      temprano estás rodando por el suelo.
      .
      No perdono a la muerte enamorada,
      no perdono a la vida desatenta,
      no perdono a la tierra ni a la nada.
      .
      En mis manos levanto una tormenta
      de piedras, rayos y hachas estridentes
      sedienta de catástrofe y hambrienta
      .
      Quiero escarbar la tierra con los dientes,
      quiero apartar la tierra parte
      a parte a dentelladas secas y calientes.
      .
      Quiero minar la tierra hasta encontrarte
      y besarte la noble calavera
      y desamordazarte y regresarte
      .
      Volverás a mi huerto y a mi higuera:
      por los altos andamios de mis flores
      pajareará tu alma colmenera
      .
      de angelicales ceras y labores.
      Volverás al arrullo de las rejas
      de los enamorados labradores.
      .
      Alegrarás la sombra de mis cejas,
      y tu sangre se irá a cada lado
      disputando tu novia y las abejas.
      .
      Tu corazón, ya terciopelo ajado,
      llama a un campo de almendras espumosas
      mi avariciosa voz de enamorado.
      .
      A las aladas almas de las rosas...
      de almendro de nata te requiero,:
      que tenemos que hablar de muchas cosas,
      compañero del alma, compañero.
      .

      (1 0 de enero de 1936)




      ANDALUCES DE JAÉN :

      Andaluces de Jaén,
      aceituneros altivos,
      decidme en el alma: ¿quién,
      quién levantó los olivos?

      No los levantó la nada,
      ni el dinero, ni el señor,
      sino la tierra callada,
      el trabajo y el sudor.

      Unidos al agua pura
      y a los planetas unidos,
      los tres dieron la hermosura
      de los troncos retorcidos.

      Levántate, olivo cano,
      dijeron al pie del viento.
      Y el olivo alzó una mano
      poderosa de cimiento.

      Andaluces de Jaén,
      aceituneros altivos,
      decidme en el alma: ¿quién
      amamantó los olivos?

      Vuestra sangre, vuestra vida,
      no la del explotador
      que se enriqueció en la herida
      generosa del sudor.

      No la del terrateniente
      que os sepultó en la pobreza,
      que os pisoteó la frente,
      que os redujo la cabeza.

      Árboles que vuestro afán
      consagró al centro del día
      eran principio de un pan
      que sólo el otro comía.

      ¡Cuántos siglos de aceituna,
      los pies y las manos presos,
      sol a sol y luna a luna,
      pesan sobre vuestros huesos!

      Andaluces de Jaén,
      aceituneros altivos,
      pregunta mi alma: ¿de quién,
      de quién son estos olivos?

      Jaén, levántate brava
      sobre tus piedras lunares,
      no vayas a ser esclava
      con todos tus olivares.

      Dentro de la claridad
      del aceite y sus aromas,
      indican tu libertad
      la libertad de tus lomas.
         

      EL NIÑO YUNTERO :

      Carne de yugo, ha nacido
      más humillado que bello,
      con el cuello perseguido
      por el yugo para el cuello.

      Nace, como la herramienta,
      a los golpes destinado,
      de una tierra descontenta
      y un insatisfecho arado.

      Entre estiércol puro y vivo
      de vacas, trae a la vida
      un alma color de olivo
      vieja ya y encallecida.

      Empieza a vivir, y empieza
      a morir de punta a punta
      levantando la corteza
      de su madre con la yunta.

      Empieza a sentir, y siente
      la vida como una guerra
      y a dar fatigosamente
      en los huesos de la tierra.

      Contar sus años no sabe,
      y ya sabe que el sudor
      es una corona grave
      de sal para el labrador.

      Trabaja, y mientras trabaja
      masculinamente serio,
      se unge de lluvia y se alhaja
      de carne de cementerio.

      A fuerza de golpes, fuerte,
      y a fuerza de sol, bruñido,
      con una ambición de muerte
      despedaza un pan reñido.

      Cada nuevo día es
      más raíz, menos criatura,
      que escucha bajo sus pies
      la voz de la sepultura.

      Y como raíz se hunde
      en la tierra lentamente
      para que la tierra inunde
      de paz y panes su frente.

      Me duele este niño hambriento
      como una grandiosa espina,
      y su vivir ceniciento
      resuelve mi alma de encina.

      Lo veo arar los rastrojos,
      y devorar un mendrugo,
      y declarar con los ojos
      que por qué es carne de yugo.

      Me da su arado en el pecho,
      y su vida en la garganta,
      y sufro viendo el barbecho
      tan grande bajo su planta.

      ¿Quién salvará a este chiquillo
      menor que un grano de avena?
      ¿De dónde saldrá el martillo
      verdugo de esta cadena?

      Que salga del corazón
      de los hombres jornaleros,
      que antes de ser hombres son




      LA NANA DE LAS CEBOLLAS:

      La cebolla es escarcha
      cerrada y pobre:
      escarcha de tus días
      y de mis noches.
      Hambre y cebolla:
      hielo negro y escarcha
      grande y redonda.
      En la cuna del hambre
      mi niño estaba.
      Con sangre de cebolla
      se amamantaba.
      Pero tu sangre,
      escarchada de azúcar,
      cebolla y hambre.
      Una mujer morena,
      resuelta en luna,
      se derrama hilo a hilo
      sobre la cuna.
      Ríete, niño,
      que te tragas la luna
      cuando es preciso.
      Alondra de mi casa,
      ríete mucho.
      Es tu risa en los ojos
      la luz del mundo.
      Ríete tanto
      que en el alma al oírte,
      bata el espacio.
      Tu risa me hace libre,
      me pone alas.
      Soledades me quita,
      cárcel me arranca.
      Boca que vuela,
      corazón que en tus labios
      relampaguea.
      Es tu risa la espada
      más victoriosa.
      Vencedor de las flores
      y las alondras.
      Rival del sol.
      Porvenir de mis huesos
      y de mi amor.
      La carne aleteante,
      súbito el párpado,
      el vivir como nunca
      coloreado.
      ¡Cuánto jilguero
      se remonta, aletea,
      desde tu cuerpo!
      Desperté de ser niño.
      Nunca despiertes.
      Triste llevo la boca.
      Ríete siempre.
      Siempre en la cuna,
      defendiendo la risa
      pluma por pluma.
      Ser de vuelo tan alto,
      tan extendido,
      que tu carne parece
      cielo cernido.
      ¡Si yo pudiera
      remontarme al origen
      de tu carrera!
      Al octavo mes ríes
      con cinco azahares.
      Con cinco diminutas
      ferocidades.
      Con cinco dientes
      como cinco jazmines
      adolescentes.
      Frontera de los besos
      serán mañana,
      cuando en la dentadura
      sientas un arma.
      Sientas un fuego
      correr dientes abajo
      buscando el centro.
      Vuela niño en la doble
      luna del pecho.
      Él, triste de cebolla.
      Tú, satisfecho.
      No te derrumbes.
      No sepas lo que pasa
      ni lo que ocurre.



      miércoles, 13 de octubre de 2010

      Visita al CAC

      VISITA AL CAC:

      Fue una visita muy agradable nos explico casi todos los cuadros el pintor se llama Dexter Dalwood nos enseño un cuadro de Maikel Yakson de una de las abitaciones de su mansión de Neverland .

      jueves, 7 de octubre de 2010

      Goya y su tiempo

      .






           BIOGRAFIA :


      Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, Zaragoza, 30 de marzo de 1746 – murio en Burdeos, Francia, 15 de abril de 1828) fue un pintor y grabador español. Su obra abarca la pintura de caballete y mural, el grabado y el dibujo. En todas estas facetas desarrolló un estilo que inaugura el Romanticismo. El arte goyesco supone, asimismo, el comienzo de la Pintura contemporánea, y se considera precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX.

      Tras un lento aprendizaje en su tierra natal, en el ámbito estilístico del barroco tardío y las estampas devotas, viaja a Italia en 1770, donde traba contacto con el incipiente neoclasicismo, que adopta cuando marcha a Madrid a mediados de esa década, junto con un pintoresquismo costumbrista rococó derivado de su nuevo trabajo como pintor de cartones para los tapices de la manufactura real de Santa Bárbara. El magisterio en esta actividad y en otras relacionadas con la pintura de corte lo imponía Mengs, y el pintor español más reputado era Francisco Bayeu, que fue cuñado de Goya.
      Una grave enfermedad que le aqueja en 1793 le lleva a acercarse a una pintura más creativa y original, que expresa temáticas menos amables que los modelos que había pintado para la decoración de los palacios reales. Una serie de cuadritos en hojalata, a los que él mismo denomina de capricho e invención, inician la fase madura de la obra del artista y la transición hacia la estética romántica.
          
      Además, su obra refleja el convulso periodo histórico en que vive, particularmente la Guerra de la Independencia, de la que la serie de estampas de Los desastres de la guerra es casi un reportaje moderno de las atrocidades cometidas y componen una visión exenta de heroísmo donde las víctimas son siempre los individuos de cualquier clase y condición.
      Gran popularidad tiene su Maja desnuda, en parte favorecida por la polémica generada en torno a la identidad de la bella retratada. De comienzos del siglo XIX datan también otros retratos que emprenden el camino hacia el nuevo arte burgués. Al final del conflicto hispano-francés pinta dos grandes cuadros a propósito de los sucesos del levantamiento del dos de mayo de 1808, que sientan un precedente tanto estético como temático para el cuadro de historia, que no solo comenta sucesos próximos a la realidad que vive el artista, sino que alcanza un mensaje universal.
      Pero su obra culminante es la serie de pinturas al óleo sobre el muro seco con que decoró su casa de campo (la Quinta del Sordo), las Pinturas negras. En ellas Goya anticipa la pintura contemporánea y los variados movimientos de vanguardia que marcarían el siglo XX.

       CONTEXTO HISTÓRICO DEL ÚLTIMO TERCIO DEL SIGLO XVIII Y PRIMER TERCIO DEL SIGLO XIX EN ESPAÑA :


      La vida de Francisco de Goya se sitúa entre dos siglos: la etapa teóricamente optimista de la Ilustración (S.XVIII), que concluye con el reinado de Carlos IV, y el periodo de invasiones y profundas convulsiones que sacudieron la España del S. XIX.
      Durante su primera época reinaba Carlos III, monarca ilustrado que apoyó el liberalismo y trató de modernizar la sociedad española. Así, Goya se dedicó mayoritariamente a pintar escenas cotidianas de la vida del pueblo en las que se reflejaba su optimismo y retratos de ministros importantes como el Conde de Aranda, Gaspar M. De Jovellanos o el Conde de Floridablanca, entre otros.
      En 1788 subió al trono Carlos IV, un monarca absolutista que tuvo que convivir con el estallido de la Revolución Francesa. Así, Carlos IV cerró las fronteras de España para que no se contagiasen las ideas francesas. Pero, desgraciadamente, Godoy firmó el tratado de Fontainebleau, que permitió la invasión francesa de la península. Así, el descontento popular supuso que se llevase a cabo una resistencia nacionalista que finalizó con la subida al trono de Fernando VII tras el motín de Aranjuez. Este, a su vez, abdicó en favor de Jose I, hermano de Napoleón. Durante esta época Goya trabajó en la Corte de Carlos IV, donde pintó numerosos retratos de la familia real.
      Así pues, podemos decir que estas primeras obras pintadas en Madrid ofrecen una visión optimista de la vida. Este mundo idealizado se refleja sobre todo en los cartones para tapices que realizó entre 1774 y 1792.
      A partir de 1792, Goya tras padecer su grave enfermedad empieza a reflejar en sus obras los aspectos más sórdidos y crueles de la sociedad. Esta nueva visión del mundo, ácida y crítica se manifiesta en su serie “Los caprichos”.
      En 1808 estalló la llamada Guerra de la Independencia en España, lo que dio lugar a la pintura dramática de Goya, que dejó de ser descriptiva. En 1814 se produjo el desastre francés y por lo tanto la deposición de Jose I.
      Tras la invasión francesa regresó al trono Fernando VII, pero el rey, que anteriormente había sido un monarca ilustrado se convierte ahora en un rey absolutista, a consecuencia de la Restauración del Antiguo Régimen en Europa. Los temas que interpreta ahora Goya en sus obras son, en su mayoría, históricos y en sus obras plasma una de las visiones más pesimistas que ha ofrecido nunca la pintura sobre la realidad humana.



      DESCRIPCIÓN DE OBRAS DE GOYA QUE TENGAN RELACIÓN CON PERSONAJES O ACONTECIMIENTOS HISTORICOS :
      Pintor y grabador español considerado uno de los grandes maestros de la pintura de nuestro país.
      Goya nació en la localidad aragonesa de Fuendetodos (cerca de Zaragoza) el 30 de marzo de 1746.

      En 1788 Goya fue nombrado pintor de cámara por Carlos III y en 1799 ascendió a primer pintor de cámara.    En el invierno de 1792, en una visita al sur de España, Goya contrajo una grave enfermedad que le dejó totalmente sordo y marcó un punto de inflexión en su expresión artística. En 1799, publica su primera serie de grabados: "Los Caprichos", en que, con profunda ironía, satiriza los defectos sociales y las supersticiones de la época.  En 1799, publica su primera serie de grabados: "Los Caprichos", en que, con profunda ironía, satiriza los defectos sociales y las supersticiones de la época.










      FOTOS CUADROS DE GOYA :








      El cuadro Saturno devorando a un hijo
      es una de las pinturas al óleo del año (1819-1823)
      La obra, junto con el resto de las Pinturas
      negras.
         











        El dos de mayo de 1808 en Madrid, también llamado La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol                                                                                                                                                                    






      El tres de mayo de 1808 en Madrid (también conocido como Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío












      El quitasol (1777) es un cuadro de Francisco Goya .












      La gallina ciega (1789)El cuadro muestra muchachos y muchachas jugando al popular pasatiempo de «la gallina ciega».








      Goya muestra a los personajes de pie, dispuestos en forma de friso como aparecen también los personajes de Las Meninas, vestidos con lujosos ropajes de seda y con abundantes joyas y condecoraciones, los varones con la Orden de Carlos III y las mujeres con la banda de María Luisa, poniendo el pintor en estos detalles todos los recursos de su maestría a fin de representar a la familia real en toda su dignidad, destacando a la vez el carácter bondadoso y sereno del monarca reinante. Lo que podía ser un homenaje a Velázquez servía al mismo tiempo para enlazar las dinastías austriaca y borbónica, abundando en aquella concepción dinástica.


         OBRAS LITERARIAS :

                         - XXVI -

      El primer movimiento hostil del pueblo reunido fue rodear a un oficial francés que a la sazón atravesó por la plaza de la Armería. Bien pronto se unió a aquél otro oficial español que acudía como en auxilio del primero. Contra ambos se dirigió el furor de hombres y mujeres, siendo estas las que con más denuedo les hostilizaban; pero al poco rato una pequeña fuerza francesa puso fin a aquel incidente. Como avanzaba la mañana, no quise ya perder más tiempo, y traté de seguir mi camino; mas no había pasado aún el arco de la Armería, cuando sentí un ruido que me pareció cureñas en acelerado rodar por calles inmediatas.


      -¡Que viene la artillería! -clamaron algunos.
      La calle Mayor y las contiguas ofrecían el aspecto de un hervidero de rabia imposible de describir por medio del lenguaje. El que no lo vio, renuncie a tener idea de semejante levantamiento. Después me dijeron que entre 9 y 11 todas las calles de Madrid presentaban el mismo aspecto; habíase propagado la insurrección como se propaga la llama en el bosque seco azotado por impetuosos vientos. Algunas veces esta superioridad de los madrileños era tan grande, que no podía menos de ser generosa; pues cuando los enemigos aparecían en número escaso, se abría para ellos un portal o tienda donde quedaban a salvo, y muchos de los que se alojaban en las casas de aquella calle debieron la vida a la tenacidad con que sus patronos les impidieron la salida.
      No se salvaron tres de a caballo que corrían a todo escape hacia la Puerta del Sol. Se les hicieron varios disparos; pero irritados ellos cargaron sobre un grupo apostado en la esquina del callejón de la Chamberga, y bien pronto viéronse envueltos por el paisanaje. De un fuerte sablazo, el más audaz de los tres abrió la cabeza a una infeliz maja en el instante en que daba a su marido el fusil recién cargado, y la imprecación de la furiosa mujer al caer herida al suelo, espoleó el coraje de los hombres. La lucha -245- se trabó entonces cuerpo a cuerpo y a arma blanca.

      Entretanto yo corrí hacia la Puerta del Sol buscando lugar más seguro, y en los portales de Pretineros encontré a Chinitas. La Primorosa salió del grupo cercano exclamando con frenesí:

      -¡Han matado a Bastiana! Más de veinte hombres hay aquí y denguno vale un rial. Canallas; ¿para qué os ponéis bragas si tenéis almas de pitiminí?

      -Mujer -dijo Chinitas cargando su escopeta- quítate de en medio. Las mujeres aquí no sirven más que de estorbo.

      -Cobardón, calzonazos, corazón de albondiguilla -dijo la Primorosa pugnando por arrancar el arma a su marido-. Con el aire que hago moviéndome, mato yo más franceses que tú con un cañón de a ocho.

      Entonces uno de los de a caballo se lanzó al galope hacia nosotros blandiendo su sable.

      -¡Menegilda!, ¿tienes navaja? -exclamó la esposa de Chinitas con desesperación.

      -Tengo tres, la de cortar, la de picar y el cuchillo grande.
      -¡Aquí estamos, espanta-cuervos! -gritó la maja tomando de manos de su amiga un cuchillo carnicero cuya.
      Chinitas, herido en la frente y con una oreja menos, se había retirado como a unas diez varas más allá, y cargaba un fusil en el callejón del Triunfo, mientras la Primorosa le envolvía un pañuelo en la cabeza, diciéndole:

      -Si te moverás al fin. No parece sino que tienes en cada pata las pesas del reló de Buen Suceso.

      El amolador se volvió hacia mí y me dijo:

      -Gabrielillo, ¿qué haces con ese fusil? ¿Lo tienes en la mano para escarbarte los dientes?

      En efecto, yo tenía en mis manos un fusil sin que hasta aquel instante me hubiese dado cuenta de ello. ¿Me lo habían dado? ¿Lo tomé yo? Lo más probable es que lo recogí maquinalmente, hallándose cercano al lugar de la lucha, y cuando caía sin duda de manos de algún combatiente herido; pero mi turbación y estupor eran tan grandes ante aquella escena, que ni aun acertaba a hacerme cargo de lo que tenía entre las manos.

      -¿Pa qué está aquí esa lombriz? -dijo la Primorosa -247- encarándose conmigo y dándome en el hombro una fuerte manotada-. Descosío: coge ese fusil con más garbo. ¿Tienes en la mano un cirio de procesión?

      -Vamos: aquí no hay nada que hacer -afirmó Chinitas, encaminándose con sus compañeros hacia la Puerta del Sol.

      Echeme el fusil al hombro y les seguí. La Primorosa seguía burlándose de mi poca aptitud para el manejo de las armas de fuego.

      -¿Se acabaron los franceses? -dijo una maja mirando a todos lados-. ¿Se han acabado?

      -No hemos dejado uno pa simiente de rábanos -contestó la Primorosa-. ¡Viva España y el Rey Fernando!
      En efecto, no se veía ningún francés en toda la calle Mayor; pero no distábamos mucho de las gradas de San Felipe, cuando sentimos ruido de tambores, después ruido de cornetas, después pisadas de caballos, después estruendo de cureñas rodando con precipitación. Había llegado el momento de que los paisanos de la calle Mayor pudieran contar el número de armas que apuntaban a sus pechos, porque por la calle de la Montera apareció un cuerpo de ejército, por la de Carretas otro, y por la Carrera de San Jerónimo el tercero, que era el más formidable.
      -¿Son muchos? -preguntó la Primorosa.

      -Muchísimos, y también vienen por esta calle. Allá por Platerías se siente ruido de tambores.

      Frente a nosotros y a nuestra espalda teníamos a los infantes, a los jinetes y a los artilleros de Austerlitz. Viéndoles, la Primorosa reía; pero yo... no puedo menos de confesarlo... yo temblaba.
                           
                                XXVII

      Llegar los cuerpos de ejército a la Puerta del Sol y comenzar el ataque, fueron sucesos ocurridos en un mismo instante. Yo creo que los franceses, a pesar de su superioridad numérica y material, estaban más aturdidos que los españoles; así es que en vez de comenzar poniendo en juego la caballería, -249- hicieron uso de la metralla desde los primeros momentos.


      -Ven acá, Judas Iscariote -exclamó la Primorosa, -250- dirigiendo los puños hacia un mameluco que hacía estragos en el portal de la c asa de Oñate-. ¡Y no hay quien te meta una libra de pólvora en el cuerpo! ¡Eh, so estantigua!, ¿pa qué le sirve ese chisme? Y tú, Piltrafilla, echa fuego por ese fusil, o te saco los ojos.

      Las imprecaciones de nuestra generala nos obligaban a disparar tiro tras tiro.

      Pero aquel fuego mal dirigido no nos valía gran cosa, porque los mamelucos habían conseguido despejar a golpes gran parte de la calle, y adelantaban de minuto en minuto.


      -A ellos, muchachos -exclamó la maja, adelantándose al encuentro de una pareja de jinetes, cuyos caballos venían hacia nosotros.
      Quedé desarmado en el mismo momento en que una fuerte embestida de los franceses nos hizo recular a la acera de San Felipe el Real. El anciano noble fue herido junto a mí: quise sostenerle; pero deslizándose de mis manos, cayó exclamando: «¡Muera Napoleón! ¡Viva España!». Aquel instante fue terrible, porque nos acuchillaron sin piedad; pero quiso mi buena estrella, que siendo yo de los más cercanos a la pared, tuviera delante de mí una muralla de carne humana que me defendía del plomo y del hierro. En cambio era tan fuertemente comprimido contra la pared, que casi llegué a creer que moría aplastado. Aquella masa de gente se replegó por la calle Mayor, y como el violento retroceso nos obligara a invadir una casa de las que hoy deben tener la numeración desde el 21 al 25, entramos decididos a continuar la lucha desde los balcones. . En el piso segundo un padre anciano, sosteniendo a sus dos hijas que medio desmayadas se abrazaban a sus rodillas, nos decía: «Haced fuego; coged lo que os convenga. Aquí tenéis pistolas; aquí tenéis mi escopeta de caza. Arrojad mis muebles por el balcón, y perezcamos todos y húndase mi casa si bajo sus escombros ha de quedar sepultada esa canalla. ¡Viva Femando! ¡Viva España! ¡Muera Napoleón!».
      Estas palabras reanimaban a las dos doncellas, y la menor nos conducía a una habitación contigua, desde donde podíamos dirigir mejor el fuego. Pero nos escaseó la pólvora, nos faltó al fin, y al cuarto de hora de nuestra entrada ya los mamelucos daban violentos golpes en la puerta.


      -Quemad las puertas y arrojadlas ardiendo a la calle -nos dijo el anciano-. Ánimo, hijas mías. No lloréis. En este día el llanto es indigno aun en las mujeres. ¡Viva España! ¿Vosotras sabéis lo que es -253- España? Pues es nuestra tierra, nuestros hijos, los sepulcros de nuestros padres, nuestras casas, nuestros reyes, nuestros ejércitos, nuestra riqueza, nuestra historia, nuestra grandeza, nuestro nombre, nuestra religión. Pues todo esto nos quieren quitar. ¡Muera Napoleón!

      Entretanto los franceses asaltaban la casa, mientras otros de los suyos cometían las mayores atrocidades en la de Oñate.


      -Ya entran, nos cogen y estamos perdidos -exclamamos con terror, sintiendo que los mamelucos se encarnizaban en los defensores del piso bajo.


      -Subid a la buhardilla -nos dijo el anciano con frenesí- y saliendo al tejado, echad por el cañón de la escalera todas las tejas que podáis levantar. ¿Subirán los caballos de estos monstruos hasta el techo?

      Las dos muchachas, medio muertas de terror, se enlazaban a los brazos de su padre, rogándole que huyese.


      -¡Huir! -exclamaba el viejo-. No, mil veces no. Enseñemos a esos bandoleros cómo se defiende el hogar sagrado. Traedme fuego, fuego, y apresarán nuestras cenizas, no nuestras personas.
      Los mamelucos subían. Estábamos perdidos. Yo me acordé de la pobre Inés, y me sentí más cobarde que nunca. Al ruido, acudí allá velozmente, con la esperanza de encontrar escapatoria, y en efecto vi que habían abierto en la medianería un gran agujero, por donde podía pasarse a la casa inmediata. Nos hablaron de la otra parte, ofreciéndonos socorro, y nos apresuramos a pasar; pero antes de que estuviéramos del opuesto lado sentimos, a los mamelucos y otros soldados franceses vociferando en las habitaciones principales: oyose un tiro; después una de las muchachas lanzó un grito espantoso y desgarrador. Lo que allí debió ocurrir no es para contado.
      Cuando pasamos a la casa contigua, con ánimo de tomar inmediatamente la calle, nos vimos en una habitación pequeña y algo oscura, donde distinguí dos hombres, que nos miraban con espanto. Yo me aterré también en su presencia, porque eran el uno el licenciado Lobo, y el otro Juan de Dios.

      Habíamos pasado a una casa de la calle de Postas, a la misma casa en cuyo cuarto entresuelo había yo vivido hasta el día anterior al servicio de los Requejos. Estábamos en el piso segundo, vivienda del leguleyo trapisondista. El terror de este era tan grande que al vernos dijo:


      -¿Están ahí los franceses? ¿Vienen ya? Huyamos.


      Juan de Dios estaba también tan pálido y alterado, que era difícil reconocerle.
      -255-

      -¡Gabriel! -exclamó al verme-. ¡Ah!, tunante; ¿qué has hecho de Inés?


      -Los franceses, los franceses -exclamó Lobo saliendo a toda prisa de la habitación y bajando la escalera de cuatro en cuatro peldaños-. ¡Huyamos!

      La esposa del licenciado y sus tres hijas, trémulas de miedo, corrían de aquí para allí, recogiendo algunos objetos para salir a la calle. No era ocasión de disputar con Juan de Dios, ni de darnos explicaciones sobre los sucesos de la madrugada anterior, así es que salimos a todo escape, temiendo que los mamelucos invadieran aquella casa.

      El mancebo no se separaba de mí, mientras que Lobo, harto ocupado de su propia seguridad, se cuidaba de mi presencia tanto como si yo no existiera.


      -¿A dónde vamos? -preguntó una de las niñas al salir-. ¿A la calle de San Pedro la Nueva, en casa de la primita?


      -¿Estáis locas? ¿Frente al parque de Monteleón?


      -Allí se están batiendo -dijo Juan de Dios-. Se ha empeñado un combate terrible, porque la artillería española no quiere soltar el parque.


      -¡Dios mío! ¡Corro allá! -exclamé sin poderme contener.


      -¡Perro! -gritó Juan de Dios, asiéndome por un brazo-. ¿Allí la tienes guardada?


      -Sí, allí está -contesté sin vacilar-. Corramos.
      -256-

      Juan de Dios y yo partimos como dos insensatos en dirección a mi casa.
      En nuestra carrera no reparábamos en los mil peligros que a cada paso ofrecían las calles y plazas de Madrid, y andábamos sin cesar, tomando las vías más apartadas del centro, con tantas vueltas y rodeos, que empleamos cerca de dos horas para llegar a la puerta de Fuencarral por los pozos de nieve.
      En la calle de Fuencarral el gentío era grande, y todos corrían hacia arriba, como en dirección al parque. Oíanse fuertes descargas, que aterraron a mi acompañante, y cuando embocamos a la calle de la -260- Palma por la casa de Aranda, los gritos de los héroes llegaban hasta nuestros oídos.

      Era entre doce y una. Dando un gran rodeo pudimos al fin entrar en la calle de San José, y desde lejos distinguí las altas ventanas de mi casa entre el denso humo de la pólvora.


      -No podemos subir a nuestra casa -dije a Juan de Dios-, a menos que no nos metamos en medio del fuego.


      -¡En medio del fuego! ¡Qué horror! No: no expongamos la vida. Veo que también hacen fuego desde algún balcón. Escondámonos, Gabriel.


      -No avancemos. Parece que cesa el fuego.


      -Tienes razón. Ya no se oyen sino pocos tiros, y me parece que oigo decir: «victoria, victoria».


      -Sí, y el paisanaje se despliega, y vienen algunos hacia acá. ¡Ah! ¿No son franceses aquellos que corren hacia la calle de la Palma? Sí: ¿no ve Vd. los sombreros de piel?


      -Vamos allá. ¡Qué algazara! Parece que están contentos. Mira cómo agitan las gorras aquellos que están en el balcón.


      -Inés, allí está Inés, en el balcón de arriba, arriba... Allí está: mira hacia el parque, parece que tiene miedo y se retira. También sale a curiosear don Celestino. Corramos y ahora nos será fácil entrar en la casa.
      Después de una empeñada refriega, el combate -261- había cesado en el parque con la derrota y retirada del primer destacamento francés que fue a atacarlo. Pero si el crédulo paisanaje se entregó a la alegría creyendo que aquel triunfo era decisivo; los jefes militares conocieron que serían bien pronto atacados con más fuerzas, y se preparaban para la resistencia. Juan de Dios permaneció un rato en el umbral, medio cuerpo fuera y dentro el otro medio, con el sombrero en la mano, el rostro pálido y contraído, la actitud embarazosa, sin atreverse a hablar ni tampoco a retirarse, mientras que Inés, enteramente ocupada de mi vuelta, no ponía en él la menor atención. -262-

      -Aquí, Gabriel -me dijo el clérigo-, hemos presenciado escenas de grande heroísmo. Los franceses han sido rechazados. Por lo visto, Madrid entero se levanta contra ellos.

      Al decir esto, una detonación terrible hizo estremecer la casa.


      -¡Vuelven los franceses! Ese disparo ha sido de los nuestros, que siguen decididos a no entregarse. Dios y su santa Madre, y los cuatro patriarcas y los cuatro doctores nos asistan.

      Juan de Dios continuaba en la puerta, sin que mis dos amigos, hondamente afectados por el próximo peligro hicieran caso de su presencia.

      Hubo un momento de silencio, durante el cual no oí más voces que las de algunas mujeres, entre las cuales reconocí la de la Primorosa, enronquecida por la fatiga y el perpetuo gritar. Cuando en aquel breve respiro me aparté de la ventana, vi a Juan de Dios completamente desvanecido. Inés estaba a su lado, presentándole un vaso de agua.


      -Este buen hombre -dijo la muchacha- ha perdido el tino. ¡Tan grande es su pavor! Verdad que la cosa no es para menos. Yo estoy muerta. ¿Se ha acabado, Gabriel? Ya no se oyen tiros. ¿Ha concluido todo? ¿Quién ha vencido?

      Un cañonazo resonó estremeciendo la casa. A Inés cayósele el vaso de las manos, y en el mismo instante entró D. Celestino, que observaba la lucha desde otra habitación de la casa.


      -Es la artillería francesa -exclamó-. Ahora es ella. Traen más de doce cañones. ¡Jesús, María y José nos amparen! Van a hacer polvo a nuestros valientes paisanos. ¡Señor de justicia! ¡Virgen María, santa patrona de España!

      Juan de Dios abrió sus ojos buscando a Inés con una mirada calmosa y apagada como la de un enfermo. Ella, en tanto, puesta de rodillas ante la imagen, derramaba abundantes lágrimas.

      Inés hizo un movimiento como para detenerme pero sin duda su admirable buen sentido comprendió cuánto habría desmerecido a mis propios ojos cediendo a los reclamos de la debilidad, y se contuvo ahogando todo sentimiento. Juan de Dios, que al volver de su desmayo era completamente extraño a la situación que nos encontrábamos, y no parecía tener ojos ni oídos más que para espectáculos y voces de su propia alma, se adelantó hacia Inés con ademán embarazoso, y le dijo:


      -Pero Gabriel la habrá enterado a Vd. de todo. ¿La he ofendido a Vd. en algo? Bien habrá comprendido Vd...


      -Este caballero -dijo Inés- está muerto de miedo, y no se moverá de aquí. ¿Quiere Vd. esconderse en la cocina?


      -¡Miedo! ¡Que yo tengo miedo! -exclamó el mancebo con un repentino arrebato que le puso encendido como la grana-. ¿A dónde vas, Gabriel?


      -A la calle -respondí saliendo-. A pelear por España. Yo no tengo miedo.


      -Ni yo, ni yo tampoco -afirmó resuelta, furiosamente Juan de Dios corriendo detrás de mí.


          VIDEO SOBRE LA ÉPOCA O SOBRE GOYA  :